Únicamente resta la reforma del Código Civil para que los nietos de españolas residentes en el extranjero adquieran la nacionalidad materna. El Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, aprobado por unanimidad el 14 de diciembre pasado, establece que antes del verano deberá regir dicho texto, y con él la extensión de la nacionalidad a la tercera generación de emigrantes, que, a su vez, al convertirse en españoles de pleno derecho, transmitirán dicha condición a sus hijos, y estos a los siguientes sin ningún tipo de limitación temporal.
Dicha circunstancia preocupa al Gobierno central dado el debate abierto desde el propio PSOE sobre la conveniencia de limitar el derecho al voto a toda la diáspora a sólo los comicios generales. «Podría llegar a ser un desastre si al final nietos, bisnietos y tataranietos de los emigrantes votasen en las municipales o autonómicas, ya que podrían ser más que los censados en sus municipios de origen», confesaba ayer un alto cargo de la Administración.
El Ejecutivo analiza por ello la ley electoral y el nuevo Estatuto de la Ciudadanía Española para ver cómo se puede limitar por lo pronto ese derecho al voto a la cuarta generación de emigrados, ya que los de la tercera podrán votar ya en las generales, por primera vez con independencia del sexo del progenitor que lega la nacionalidad. Dicho Estatuto, convertido en ley, establece en su artículo cuatro que «los españoles que residen en el exterior tienen derecho a ser electores y elegibles, en todos y cada uno de los comicios, en las mismas condiciones que la ciudadanía residente en el Estado español». Por eso desde el Gobierno no se ve fácil cómo establecer ahora limitaciones y ha puesto a toda su maquinaria legal a analizar las posibles salidas.
Dicha preocupación es manifiesta en el Ministerio de Trabajo, donde se emitió una nota interna a la que ha tenido acceso La Voz en la que recomienda a sus cargos «evitar ante la opinión pública la concreción del alcance de la reforma» y resaltar sólo la igualdad entre sexos en la diáspora.