Ese sendero de 23,7 Kilómetros, arranca en Villoslada de Cameros, delante del frontón donde tomaremos un camino al otro lado de la carretera, que remonta el Iregua y es un excelente mirador de la frondosa ribera repleta de chopos, sauces, frenos, arces campestre y avellanos intercalados con huertas y prados con muretes de piedra. El paseo nos conduce a la pista de Las Rameras, que cruzamos subiendo por una zona con fuerte desnivel que alterna bosques de pino sivestres y hayedos. Pasamos junto a la fuente de la Romanizosa y nos dirigimos hacia el alto de Achicharre. El camino cruza entonces varios claros con amplio pinar que asciende junto a las cumbres del Collado del Aspa y de Cueva Grande, donde dominan los pastos y brezales de montaña hábitat de la perdiz pardilla.
Tras los claros , descendemos por la izquierda hasta la Majada del Ófilo, que conserva restos de un chozo y cerramientos de piedras.. Cruzamos una portilla y bajamos a la pista del Sillar, continúa hasta el Collado de Sancho Viejo. El sendero continúa por la pista que baja al ríoLumbreras, pero lo abandonamos por una senda a la izquierda. Pasamos la cabecera del arroyo de Rugala y bajamos hasta un cortafuegos que delimita un pinar a la izquierda. Lo seguimos hasta unas cárcavas de erosión y, poco después, tomamos a la izquierda una senda que se adentra en un rebollar, un paraje tranquilo en el que podremos observar algún ciervo.
El sendero vuelve a retomar la pista cerca de la casa existente junto a la presa del pantano de Pajares. Allí, en el cruce de pistas, tomamos la que sale a la izquierda a media ladera y al final cruzamos un paso canadiense y seguimos por la izquierda hasta N-111. Tras andar 20 metros por el arcén subimos por una pista con fuerte pendiente, cruzamos una portilla y giramos a la derecha para vadear el arroyo de los Monjes.
Pasada otra portilla, giramos a la izquierda y seguimos por un camino que coincide con el sendero de la Vía Romana, subiendo a media ladera hasta salir hasta el camino de la laguna de La Nava, de gran interés para la reproducción de anfibios como la ranita de San Antonio o el tritón palmeado. Dsde aquí, y a través de un pinar, el sendero nos lleva hasta Villoslada por un caminoque aún conservatramos empedrados.
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